¡HAY QUE SANAR NUESTRAS HERIDAS!

18 / 10 / 2022
Unitierra Oaxaca

Relatorìa del 12-10-2022 – Caminos de la autonomìa bajo la tormenta

Empezamos el conversatorio contándonos cómo abrieron una nueva carretera hacia la costa y cómo los pobladores tomaron tomaron la calle y están decidiendo de cual pueblo sea cada tramo para poner casetas de cobro. Esto lo hicieron para que las comunidades saquen provecho, ya que a menudo se les excluye. Una acción de este tamaño en Colombia significarìa algo completamente distinto: esto nos enseña como todo dependa del territorio donde cada acción se lleva a cabo. 

El término Milpamerica redefine el concepto de América y los macro-conceptos que definen el mundo y le dan un orden definido.

¿Dónde nació la prima milpa?, esta es la pregunta.

Antes que nacieron los estados naciones: Honduras, Guatemala, El Salvador, una parte de México etc… estaban en la misma región, y se llamaba Mesoamérica. Las raíces son comunes en muchos países, aunque nos digan que somos muy distintos. Históricamente los procesos de violencia nos han llevado a sentimientos de inferioridad o de posesión que originan en el racismo y en la rivalidad hacia otros países. 

El racismo está interiorizado, todavía mucha gente quiere que no se mezclen los colores. Muchos de nosotros tienen adentro sangre de conquistadores, la sangre de nuestros abuelos que cometieron las peores atrocidades, pero la élite blanca sigue sin cuestionarse sobre la violencia histórica que su color y su sangre trae: esto es una violencia y un racismo implícito. La violencia histórica hay que reconocerla, casi hay que avergonzarse por ella: reconocerla es un proceso muy doloroso en lo individual como en lo social. Nuestros cuerpos hablan, es necesario desvelar cómo nuestros cuerpos (blancos, hombres, mujeres, morenos….) comuniquen algo con el simple hecho de existir.

En el gobierno, si hay conspiraciones, pero también muchos no saben nada, tienen buenas intenciones pero no tienen pensamientos críticos: no saben cómo manejar los problemas. La colonización impuso instituciones que mantienen las desigualdades. Cabe destacar los números: 56 millones de personas matadas por la colonización, 15 millones explotadas en África. Hay que nombrar las heridas para que puedan cambiarnos y puedan cambiar nuestras realidades. Olvidarse de las heridas como hicieron los italianos, que nunca miraron a sus heridas colonialistas (después de la segunda guerra mundial salió el dicho que los italianos eran buena gente) es algo que no permite la sanación. 

La racialización depende también del espacio donde se vive, y también cada sociedad se entera de manera distinta de este problema dependiendo en qué región se sitúa. En Jalisco puedo ser el hombre más racializado pero en otro contexto no lo soy, ¿y cómo puedo estar en estos espacios para que no haya discriminacion? Donde soy el más racializado puedo definir mi marco vivencial y político, donde no soy el más racializado, a menudo, prefiero estar callado y escuchar. El racismo trae origen también la revolución mexicana, la cual fue marcada por el blanqueamiento de la sociedad y el surgimiento de las características que debía mostrar un verdadero mexicano. 

El CENNI puso a la mesa que hace falta politizar a los jóvenes, esto nos cuenta como también las instituciones se politicen cada dia mas. Pero, ¿qué está haciendo la política, cuánto nos une y cuando nos divide? 

Las emociones juegan un papel importante en lo que se puede definir política, y tomarla en cuenta es importante para construir colectividad y comunalidad. Nombrar la violencia de género no es echarle un peso en contra de la masculinidad, sino lo contrario, como nombrar el racismo no es ir en contra de un grupo social, sino lo contrario. Es a partir de la espiritualidad que nace el pensamiento de cómo sanar el racismo que recibimos para no devolverlo en contra de otra persona: una espiritualidad cotidiana y que quiere nombrar de donde hablamos, de donde estamos y cuál es el poder que tiene nuestro cuerpo y nuestras palabras. Una espiritualidad que pueda habitar las contradicciones. 

A veces somos oprimidos y opresores al mismo tiempo: en Italia , a veces, los oprimidos del sur son los mismos que son violentos en contra de los migrantes que llegan de otro país. 

Por politizar, se entiende el tomar conciencia de lo que somos y hacemos en un marco de pensamiento crítico. El riesgo es que politizarse se convierta en ideología y que deba pensar, leer y hablar en una forma sectaria y uniforme. Además, a veces, pasa que una persona adquiera una tal postura para sacarle un provecho en término de capital simbólico: una señora se puede considerar mujer y no profesora o de clase alta; un hombre estadounidense, estudiante blanco se puede definir como menor de edad. Hay gente que se hace musulman para cambiar su postura, para que no se le hable como hombre sino como musulman, adquiriendo un posicionamiento político o una voz difícilmente cuestionable o “ganable”.

Lo político por definición no es un término siempre bueno, pero tampoco se puede ser completamente despolitizado dentro de un sistema político por definición. Tenemos que tomar en cuenta que somos cruzados por distintos procesos que nos plasman. No somos individuos alejados, nos habitan y habitamos sistemas mucho más grandes de nosotros: somos fragmentos o personas sumergidos en la realidad que nos cruza. 

Después del terremoto todos se reconocieron en el dolor, así que la gente se movilizó y actuó. El dolor compartido hace que me reconozca en el otro. Debemos reconocer que en el otro està una forma de sanación, propio como persiste en nosotros mismos. Cada uno padece discriminacion en algunos contextos. ¡Hay que replantar quienes somos!  

¿Cómo “conseguir” esta sanación? El encuentro a veces nos hace avergonzar de lo que pensábamos y vivíamos, pero, tal vez, es necesario.

Ilustración: Lu_Oviedo

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